Al entrar al hotel, nos reconforta la calidez de su amplio espacio que goza de estancias abiertas para que la luz fluya sin obstáculo. Los materiales nos acompañan de la mano durante todo el recorrido y destacan por su collage de texturas y contrastes. Los cambios de pavimento nos indican las direcciones y cambios de estancia, al igual que las alturas y envolventes de techos. Nos adentramos en un ambiente donde la vegetación, a modo de jardín vertical y árboles, nos transmite una sensación fresca. El espacio queda dividido en seis zonas, la de recepción, el bar-cafetería, el buffet, la biblioteca, la zona de televisión proyectada y el restaurante. Puesto que es un hotel urbano y cosmopolita, goza de todas las comodidades. Destaca su zona de spá que invita a adentrarnos en sus aguas. Es una estancia luminosa y tranquila que no pasa desapercibida. Pequeñas islas en las que puedes reposar, se emergen en las aguas, mientras que un muro de un jardín vertical, nos permite sentirnos más cerca de la naturaleza, disfrutando del relajante ruido de las aguas. Durante el día, disfrutamos de la luz natural gracias al gran lucernario y durante la noche, el ambiente se vuelve más íntimo gracias a los focos que proyectan, de forma puntual, hacia elementos estratégicos, para generar un ambiente mágico.